viernes, 1 de abril de 2016

¿Dónde terminó el conejo... de Pascua?



Estas últimas vacaciones, de la Semana Mayor o Semana Santa, decidí echarle una visita a mis parientes y amigos de ese pueblito en el medio de la nada: Valle de la Pascua. Ubicado en el corazón de los llanos venezolanos, Valle de la Pascua tiene el tupé de hacerse llamar Princesa del llano. ¿Princesa? princesa de Pascua al menos.

Entre el agobiante calor, atmosférico y familiar por igual, me quedo con la duda del origen de su nombre. Una escueta colina fue suficiente para que este pedazo de geografía decidiera llamarse valle, y la Pascua parece ser una flor que ya antaño no florea por la región. Princesa de las flores entonces, antigua princesa. Nada que ver con conejos que dejan huevos de chocolate por doquier, nada que ver con Jesús y allegados, no. Una flor.

Al final de la Semana Mayor regreso a la capital extenuada, necesito  (como todos) otra semana para recuperarme de las "vacaciones". Al final, a pesar de todo, parece ser como dicen los lugareños, "como la Pascua, no hay".

Sobre quedarse en el aparato... y otras reflexiones parecidas...

Desde que empecé a trabajar online con clientes de otros países me he dado cuenta de la tremenda competencia que tenemos los traductores ...