martes, 2 de agosto de 2016

Esos, esas, esa... especialmente esa

Si usted cree que va a encontrar un rincón para compartir sus pestes en contra del país y en lo que se ha convertido abandone inmediatamente este blog.
 
¿Se quedó? Segunda advertencia: no vengo a hablar de política.
 
¿Sigue aquí? No diga que no le dije.
 
Esta publicación es sobre alergias.
 
Alergia a los préstamos trendy: las zonas de confort, los tiempos de dios son perfectos, lo que debe ser será, karma is a bitch, Lol (y todas sus conjugaciones), this, los videos de comida y los putos gifs que nunca puedo ver en mi teléfono. Esos comodines que solo restan.
 
Alergia a las fechas límite: de la tarea, del trabajo, de la tarea de los hijos, de la traducción que era ASAP, de las visitas, de los paseos cogidos de las manos, del momento de tener hijos, o de no tenerlos, de las firmas, de las vacaciones, de las fechas que los demás escogen para ti. Esas fechas de expiración que no quisiste.
 
Alergia a la gente estúpida: que no  se detiene a pensar un ratito, ni antes ni después de lo que sea que haga, que no puede pasar dos segundos sin música, ruido, hablar o interrumpir; esa gente que se escoñeta por un asiento en el metro, que se ríe después de empujarse; los triple C, los arenita-playita eternos, que no dicen poner porque solo las gallinas ponen. Esa gente estúpida.
 
 
Esos, esas y esa cochina alergia que me tiene la vida triste.
 
Cero final feliz.
 
Fin.

jueves, 12 de mayo de 2016

Procrastinar en tiempos de crisis

Tengo mil cosas que hacer. Mil cosas. También tengo mil ganas de no hacer ninguna. Y procrastino.

Debo terminar la tesis de la maestría,¿ o debería decir empezarla? Continuar desarrollando suena mejor. Debo corregir montones de exámenes y tareas, revisar trabajos de grado y ensayos. Debo ensamblar un material de estudio, terminar una traducción, redactar unos artículos, llamar a Cantv a ver si me ponen Internet, arreglar la lavadora, terminar de leer Cumbres Borrascosas, y El Retrato de Dorian Grey, ordenar mi cuarto, coser aquel pantalón que se rompió, preparar las clases de francés y qué se yo qué más…
Y ¿qué hago? Veo en Youtube (gastando los megas del celular) que ya viene la película de Assassin's creed.

No es mi intención que usted, mi estimado lector, se ponga a comparar su lista de cosas por hacer con la mía. Yo sé que hay gente que tiene más responsabilidades y se maneja mejor. La cuestión está en que cada día encontrar la motivación para empezar y terminar cada tarea se me está haciendo más difícil.

Para los procrastinadores crónicos, como yo, las fechas de entrega son lo mejor que puede pasarnos. Nos hacen trabajar a toda mecha y entregarnos por completo a la tarea. Pero incluso mis fechas de entrega se me hacen flexibles con esta desmotivación tan dura.

La fórmula de mi "situación-país" es así: inseguridad + sueldo + escasez = el CDLM. Y sépalo, no me refiero al cuartel.

Este post no será compartido en Facebook. No quiero sumarme a ese movimiento.


Este post no tiene final feliz. Inhala, exhala, mañana será otro día.
Wish I was here... again

miércoles, 11 de mayo de 2016

¿Qué es ser sexy? o de cómo pienso que no lo soy

Jugando a ser sexy en 2015. con una peluca, filtros y siguiendo instrucciones

¿Qué es ser sexy? Esa pregunta ha estado rondando mi cabeza y mi boca por los últimos dos meses sin parar. Ya no recuerdo exactamente por qué empecé a preguntarme eso pero la historia va más o menos así:

Estaba yo caminando en la universidad y viene en sentido contrario una chica, de unos 25 años, muy linda y con un tumbao que me hizo pensar "qué sexy es esa tipa". Entonces empiezo el inevitable juicio en mi contra (las mujeres somos nuestras peores enemigas). Empiezo a pensar que yo no camino así, que mi cabello no se mueve con el viento, que si mis ojos, que si mi nariz, todo un montón de basura que me lleva a la conclusión de que yo NO soy sexy. Entonces empieza la encuesta, pero no pregunto si consideran que yo sea sexy, porque es muy directo. Empiezo preguntando qué hace que alguien sea sexy. Las respuestas me causaban mucha risa, se armaron unos debates por Whatsapp que descargaban la batería de cualquier teléfono. Pero de repente empiezo a notar que nadie quería responder de manera directa, nadie quiere adjudicarse el título tampoco. Y la peor parte viene de aquellas mujeres, que yo considero bastante sexys, que decían que no lo eran, que ellas no se consideraban así.

Hoy sigo investigando, escucho conferencias en línea, leo artículos, veo entrevistas; las mujeres toman el micrófono y hablan de cómo ser sexy, cómo seducir y cómo usar esta herramienta a diario (más allá del plano sexual). Un tema salta y me toma por completo. Al parecer, y en esta idea sigo cavilando, el ideal de belleza que nos meten los medios a diario por los ojos nos afecta más de lo que creemos. Aunque sepamos que esas fotos tienen retoques, aunque sepamos que ni siquiera esa modelo luce así, aunque tengamos más de dos dedos de frente esas imágenes causa impacto en nosotras. Y es que, además de trabajar, limpiar, leer, estudiar y todo lo que hace cualquier individuo dentro de esta sociedad, tenemos que secarnos el cabello, sacarnos las cejas, ir al gym, ponernos maquillaje, caminar derechas (¡Saca el pompis! ¡Mete la panza!) mantener las uñas arregladas, combinar nuestra ropa, y ¡Dios nos libre de los zapatos bajitos y las groserías! 

Son demasiadas cosas. En algún momento "descuidamos" alguna. Me compré un vestido azul muy lindo para las navidades, y mi padre, que es mi papá y me ama por encima de todo, que es hombre y se supone que no "sabe de eso", me dijo que me quedaría mejor con una faja (que ya tenía puesta por cierto, inserte emoticón llorón acá). Una amiga publicó una foto muy sonriente, pues íbamos a dictar un taller en una jornada de investigación, y su mamá le dijo que la quitara porque se le veían las arrugas de los ojos.  Nadie se salva. Incluso aquellos que te aman desde que eras una pasa y hasta que seas polvo. Me hace recordar el artículo que leí de las amigas de proyecto Kahlo de cómo transmitir el odio al cuerpo.

Metiendo la panza en el susodicho vestido azul de navidad

Pero no todo está perdido, no hay que seguirle la corriente a estas "reglas de belleza" que nos hemos ido armando. Hay movimientos que intentan desmontar esos ideales de dama, señorita, mujer, madre. En España las chicas de weloversize son un ejemplo; promueven la idea de que hay que quererse con esos kilitos de más y que se puede ser sexy así. Sexy, volvemos al inicio. Si dentro de todas las definiciones que me dieron los encuestados (14 mujeres y 10 hombres) había más atributos de personalidad que físicos ¿Por qué seguimos negándonos el título de sexy? Que quede claro además que luego de redactar estos dos artículos (el primero publicado en www.ritosdeilacion.blogspot.com )no me proclamo como una gordita sexy, pero que quede bien claro también: se hace camino al andar. ¿y tú? ¿Eres sexy?

viernes, 1 de abril de 2016

¿Dónde terminó el conejo... de Pascua?



Estas últimas vacaciones, de la Semana Mayor o Semana Santa, decidí echarle una visita a mis parientes y amigos de ese pueblito en el medio de la nada: Valle de la Pascua. Ubicado en el corazón de los llanos venezolanos, Valle de la Pascua tiene el tupé de hacerse llamar Princesa del llano. ¿Princesa? princesa de Pascua al menos.

Entre el agobiante calor, atmosférico y familiar por igual, me quedo con la duda del origen de su nombre. Una escueta colina fue suficiente para que este pedazo de geografía decidiera llamarse valle, y la Pascua parece ser una flor que ya antaño no florea por la región. Princesa de las flores entonces, antigua princesa. Nada que ver con conejos que dejan huevos de chocolate por doquier, nada que ver con Jesús y allegados, no. Una flor.

Al final de la Semana Mayor regreso a la capital extenuada, necesito  (como todos) otra semana para recuperarme de las "vacaciones". Al final, a pesar de todo, parece ser como dicen los lugareños, "como la Pascua, no hay".

Sobre quedarse en el aparato... y otras reflexiones parecidas...

Desde que empecé a trabajar online con clientes de otros países me he dado cuenta de la tremenda competencia que tenemos los traductores ...