domingo, 5 de mayo de 2019

Sobre quedarse en el aparato... y otras reflexiones parecidas...


Desde que empecé a trabajar online con clientes de otros países me he dado cuenta de la tremenda competencia que tenemos los traductores en general. Recuerdo que antes de empezar la carrera y tal vez recién graduada me creía muy especial (ja ja, ilusa). Creía que hablar tres idiomas era lo máximo. Y claro que es súper. Es muy divertido, entretenido, enriquecedor y cool. Pero eres especial en tu pueblo, en Caracas todavía porque eres parte de un grupo más o menos pequeño bilingüe, pero en comparación con "el resto del mundo", eres chiquitito.

En las comunidades de teletrabajo que compartí en un post anterior pude ver cuán especializados son los perfiles buscados. No solo debes ser lingüísticamente hábil en dos o más lenguas, debes saber usar una o varias memorias de traducción, software de edición, algo de html, SEO, debes manejar redes sociales, hacer curaduría de contenido y pare usted de contar, aparte de ser especialista en un área nada común (materiales y procesos de construcción por ejemplo, wtf). De bilingües está lleno el mundo.

Entonces, me doy cuenta de que me quedé en el aparato. Que solo soy una pobrecita traductora general. Que aunque mi formación incluye francés, estoy más oxidada que tobogán de parque público y solo me atrevo a trabajar con inglés y español.

Hace algunos días vi una charla TED sobre ser "multipotencial". Esto de que sabes un poco de muchas cosas, eres "potencialmente" bueno en varias áreas, no eres especialista. Me sentí algo identificada porque mi interés siempre está repartido en varias actividades que pueden o no estar relacionadas. Pero justamente una de las desventajas de este tipo de personas es que no encajamos muy bien en el modelo de negocios actual, que busca especialistas, que busca personas muy buenas en algo bien específico.

Bueno, y este post es solo para reflexionar, no vengo a dar conclusiones. Me cuesta un montón decidir entre todas las opciones que complementan mi profesión traductora, podría aprender a usar InDesign, podría manejar SEO y crear contenido en varios idiomas ya optimizado. Podría especializarme en localización, o transcreación. No sé. Ni siquiera estoy segura de las diferencias entre una cosa y otra.

A mis alumnos les digo que aprovechen los recursos de aprendizaje que la web pone a nuestra disposición y aprendan esas otras habilidades que son muy útiles para un traductor, o para un intérprete. Tal vez solo les estoy transmitiendo mi ansiedad sobre la noespecialización. Sobre quedarse en el aparato, como yo.

Chao, voy a revisar coursera.


domingo, 11 de noviembre de 2018

Cómo ganar dinero desde casa; o menos engañoso: mi experiencia con las plataformas online de trabajo


Hace varios años recuerdo que mientras estaba dictando una clase de traducción un alumno me comentó cómo su hermano estaba haciendo unos verdes trabajando desde la computadora todo el día. Me dijo que solo dormía y traducía, todo por 5 dólares cada encargo. Yo no le creí mucho, pero recuerdo haber explorado un poco la página que él decía. Luego, meses después, otro amigo me comentaba lo mismo, entonces decidí explorar mejor aquellas plataformas de las que me contaban a ver si me sonreía la suerte y hacía algo de plata extra.

Tengo ya dos años aproximadamente trabajando desde estas plataformas, y creo que tiene el potencial con algo más de tiempo y empeño, de convertirse en una fuente fiable de ingreso. 

Empecé solo con Upwork. Creas tu perfil, bien bonito, con buena foto y portafolio. Tienes que dedicarle algún tiempo a tomar pruebas gratis que validen algunas de tus habilidades. La mayoría de las ofertas de trabajo están en inglés, algunas en español y otras tantas requieren servicios en otros idiomas. La competencia es abrumadora. Tienes que meterte todos los días y postularte a algunos trabajos apenas puedas, en poco tiempo algunos ya tienen más de 50 propuestas. Lo que he aprendido con esta plataforma es que las postulaciones deben ser personalizadas, no vayas a copiar y pegar un mismo texto en todo porque nadie te va a responder.

Luego visité fiverr. No muy mi estilo porque tienes que crear un anuncio sobre el servicio que ofreces y tiene bastantes opciones para personlizar y configurar este servicio. Debes igual dedicarle tiempo a tu perfil. Verás que hay personas que ofrecen lo mismo que tú por precios muy bajos, debes tratar de no caer en este juego de regalar tu trabajo. Saca bien la cuenta de cuanto vale lo que estás ofreciendo y esfuérzate por entregar trabajos de calidad cuando te contraten, así tu reputación en el sitio validará la tarifa que pusiste.

Workana y Guru son nuevos para mi, los estoy revisando hace poco a ver si encuentro trabajos que me llamen la atención. Son muy parecidos a los anteriores. Workana es en español, tiene menos movimiento y algunos empleadores quieren contratarte por centavos, pero tiene una característica que me gustó, te avisan cuando un trabajo ya ha sido tomado por alguien más. En upwork simplemente nadie te responde nada nunca sobre un trabajo que ya no está disponible. 

Por ahora solo he dedicado parte de mi tiempo a estas plataformas, son una manera de ampliar los ingresos y además en moneda extranjera. Debes tener monederos virtuales para poder utilizar la mayoría de estos portales de trabajo. Ya sea Paypal, Payoneer, Payeer, Skrill o alguno similar.

En general, si vas a aventurarte te recomiendo:

1. Dedícale tiempo a tu perfil. Redacta sobre tu experiencia y habilidades y monta algunos ejemplos de trabajo.
2. Métete todos los días en la página. Revisa las ofertas de trabajo y postúlate sin miedo a las que crees que puedes hacer.
3. Escribe tus postulaciones de acuerdo al trabajo que escogiste. No vayas a comvertirte en un bot genérico.
4. Responde rápido a los clientes si te contactan. Pregunta todo lo que quieras saber y que esperan de ti antes de comprometerte.
5. Si te contratan, entrega trabajos de calidad y a tiempo. Estos portales funcionan mucho con la "reputación" del trabajador. Si tienes malos comentarios estás acabado.  Por eso es muy importante que no te postules a cosas que no estés seguro de poder hacer bien.

Yo tardé como dos semanas en recibir mi primera oferta de trabajo. Me pidieron hacer una prueba primero y luego empecé a trabajar seguido con este cliente. Durante esas dos semanas iniciales me metía todos los días en la página un par de horas, leyendo propuestas de trabajo y postulándome a las que me gustaban. 

No se ha convertido en mi único trabajo, pero creo que podría serlo. ¿y tú? ¿Cuál es tu experiencia con estos portales?

martes, 30 de octubre de 2018

La importancia de la historia, aunque sea machista


La red lleva unos cuantos dias alborotada por la nueva versión del cuento de Antoine de Saint-Exupéry "El Principito". En la nueva versión, la gente del proyecto español Espejos Literarios apunta a un principito, o en este caso una principesa, más inclusiva y menos violenta.

Recordando la lectura del original es cierto que la mayoría de los personajes son masculinos. Cierto es también que el personaje femenino más importante es una engreída y manipuladora flor. Sobre la femineidad de la serpiente no estoy muy segura, pues en su versión en francés la palabra serpent es de género masculino. Las otras figuras femeninas de la historia son más rosas que el Principito encuentra en la tierra y a las que califica de bellas y vacías. De verdad que como que no va anotándose muchos puntos el Principito.

En cuanto a la violencia, las nuevas autoras modificaron la icónica parte en la que se dibuja la boa que traga un elefante entero. En su lugar pusieron a un volcán, para mantener el dibujo del sombrero y la pregunta sobre el miedo que puede causar este dibujo.

Ahora bien, si queremos literatura inclusiva apuesto a la creación y no a la versión. Es además necesario leer y estudiar el libro original, con su patriarcado bien visible para entender la lucha feminista del presente. Y es también válido, tener lugares de ficción estructurados como el Principito. Es decir, una historia puede perfectamente ocurrir entre hombres, o en la mente de una mujer sin más personaje que ella misma. Por ahí leí "¿Es esto lo que le estamos enseñando a nuestros niños y niñas? Yo creo que ese libro no es infantil. Y si quieres que tu hijo o hija lo lea deberías acompañarlo en la lectura y análisis.

Sobre el tema de la violencia, completamente innecesario. Una vez encontré una versión para niños de "Un Mundo Feliz" de Aldous Huxley. La escena de la orgía final fue completamente cambiada, todos se sentaron y se tomaron de manos y cantaron... ¿y el suicidio? Mi punto es, para qué versionar ESA historia. Un niño no va a enternder ni la mitad de los temas que Huxley quería reflejar. Es como hacer un pastel pero al niño solo darle una fotografía. ¿Para que hacerlo?

Las versiones siempre son más interesantes cuando las comparamos con el original. Así que esperaremos a ver que otras ocurrencias encontramos en la Internet con respecto a la principesa. Al fin y al cabo, esta es solo mi opinión.

domingo, 7 de mayo de 2017

La poesía en tiempos de crisis

Hoy cuando me movía en el metro me puse los audífonos para intentar despegarme un poco de la terrible realidad del país. Quise ser egoísta por un par de estaciones y no pensar en las marchas ni en los muertos y no pude. Empezó a sonar un audio en mi teléfono, seguramente descargado de alguna conversación de WhatsApp, era un poema sobre Venezuela. Las últimas dos líneas de mi poema son idénticas a las de este chico del audio. Gracias, por recordarme que hay maneras de seguir luchando y no caer.




No caigas

Cuando salgas a la calle a buscar el pan del día, no caigas.
Cuando vas en el metro, y sudas, y te cansas, y subes y bajas escaleras… que no sirven
No caigas.

Cuando llegas a la casa y enfrentas a otros problemas: el alquiler, la nevera, la comida, la familia, la tarea, la vecina, la bolsa del clap, el condomino, el agua la quitan a las 7, ¡corre!…
Pero no caigas.

No caigas en su juego
No caigas tan bajo
No caigas en la trampa
No caigas en la desesperación.

Cuando los perdigones y las balas y el gas y los palos y las piedras te peguen en el cuerpo, en la mente, en el alma, en el corazón.

Ora, pero no caigas.

Cuando la bala del poder...
              atraviese la frente de tu hermano
y lo veas despedirse ante tus ojos,
y su sangre corra por la calle sucia,
y arrastre sueños, juventud, amores, vida y notas musicales.

 Y caigas.

Levántate y camina
Porque Venezuela está viva

Y el comandante muerto.

martes, 2 de agosto de 2016

Esos, esas, esa... especialmente esa

Si usted cree que va a encontrar un rincón para compartir sus pestes en contra del país y en lo que se ha convertido abandone inmediatamente este blog.
 
¿Se quedó? Segunda advertencia: no vengo a hablar de política.
 
¿Sigue aquí? No diga que no le dije.
 
Esta publicación es sobre alergias.
 
Alergia a los préstamos trendy: las zonas de confort, los tiempos de dios son perfectos, lo que debe ser será, karma is a bitch, Lol (y todas sus conjugaciones), this, los videos de comida y los putos gifs que nunca puedo ver en mi teléfono. Esos comodines que solo restan.
 
Alergia a las fechas límite: de la tarea, del trabajo, de la tarea de los hijos, de la traducción que era ASAP, de las visitas, de los paseos cogidos de las manos, del momento de tener hijos, o de no tenerlos, de las firmas, de las vacaciones, de las fechas que los demás escogen para ti. Esas fechas de expiración que no quisiste.
 
Alergia a la gente estúpida: que no  se detiene a pensar un ratito, ni antes ni después de lo que sea que haga, que no puede pasar dos segundos sin música, ruido, hablar o interrumpir; esa gente que se escoñeta por un asiento en el metro, que se ríe después de empujarse; los triple C, los arenita-playita eternos, que no dicen poner porque solo las gallinas ponen. Esa gente estúpida.
 
 
Esos, esas y esa cochina alergia que me tiene la vida triste.
 
Cero final feliz.
 
Fin.

jueves, 12 de mayo de 2016

Procrastinar en tiempos de crisis

Tengo mil cosas que hacer. Mil cosas. También tengo mil ganas de no hacer ninguna. Y procrastino.

Debo terminar la tesis de la maestría,¿ o debería decir empezarla? Continuar desarrollando suena mejor. Debo corregir montones de exámenes y tareas, revisar trabajos de grado y ensayos. Debo ensamblar un material de estudio, terminar una traducción, redactar unos artículos, llamar a Cantv a ver si me ponen Internet, arreglar la lavadora, terminar de leer Cumbres Borrascosas, y El Retrato de Dorian Grey, ordenar mi cuarto, coser aquel pantalón que se rompió, preparar las clases de francés y qué se yo qué más…
Y ¿qué hago? Veo en Youtube (gastando los megas del celular) que ya viene la película de Assassin's creed.

No es mi intención que usted, mi estimado lector, se ponga a comparar su lista de cosas por hacer con la mía. Yo sé que hay gente que tiene más responsabilidades y se maneja mejor. La cuestión está en que cada día encontrar la motivación para empezar y terminar cada tarea se me está haciendo más difícil.

Para los procrastinadores crónicos, como yo, las fechas de entrega son lo mejor que puede pasarnos. Nos hacen trabajar a toda mecha y entregarnos por completo a la tarea. Pero incluso mis fechas de entrega se me hacen flexibles con esta desmotivación tan dura.

La fórmula de mi "situación-país" es así: inseguridad + sueldo + escasez = el CDLM. Y sépalo, no me refiero al cuartel.

Este post no será compartido en Facebook. No quiero sumarme a ese movimiento.


Este post no tiene final feliz. Inhala, exhala, mañana será otro día.
Wish I was here... again

miércoles, 11 de mayo de 2016

¿Qué es ser sexy? o de cómo pienso que no lo soy

Jugando a ser sexy en 2015. con una peluca, filtros y siguiendo instrucciones

¿Qué es ser sexy? Esa pregunta ha estado rondando mi cabeza y mi boca por los últimos dos meses sin parar. Ya no recuerdo exactamente por qué empecé a preguntarme eso pero la historia va más o menos así:

Estaba yo caminando en la universidad y viene en sentido contrario una chica, de unos 25 años, muy linda y con un tumbao que me hizo pensar "qué sexy es esa tipa". Entonces empiezo el inevitable juicio en mi contra (las mujeres somos nuestras peores enemigas). Empiezo a pensar que yo no camino así, que mi cabello no se mueve con el viento, que si mis ojos, que si mi nariz, todo un montón de basura que me lleva a la conclusión de que yo NO soy sexy. Entonces empieza la encuesta, pero no pregunto si consideran que yo sea sexy, porque es muy directo. Empiezo preguntando qué hace que alguien sea sexy. Las respuestas me causaban mucha risa, se armaron unos debates por Whatsapp que descargaban la batería de cualquier teléfono. Pero de repente empiezo a notar que nadie quería responder de manera directa, nadie quiere adjudicarse el título tampoco. Y la peor parte viene de aquellas mujeres, que yo considero bastante sexys, que decían que no lo eran, que ellas no se consideraban así.

Hoy sigo investigando, escucho conferencias en línea, leo artículos, veo entrevistas; las mujeres toman el micrófono y hablan de cómo ser sexy, cómo seducir y cómo usar esta herramienta a diario (más allá del plano sexual). Un tema salta y me toma por completo. Al parecer, y en esta idea sigo cavilando, el ideal de belleza que nos meten los medios a diario por los ojos nos afecta más de lo que creemos. Aunque sepamos que esas fotos tienen retoques, aunque sepamos que ni siquiera esa modelo luce así, aunque tengamos más de dos dedos de frente esas imágenes causa impacto en nosotras. Y es que, además de trabajar, limpiar, leer, estudiar y todo lo que hace cualquier individuo dentro de esta sociedad, tenemos que secarnos el cabello, sacarnos las cejas, ir al gym, ponernos maquillaje, caminar derechas (¡Saca el pompis! ¡Mete la panza!) mantener las uñas arregladas, combinar nuestra ropa, y ¡Dios nos libre de los zapatos bajitos y las groserías! 

Son demasiadas cosas. En algún momento "descuidamos" alguna. Me compré un vestido azul muy lindo para las navidades, y mi padre, que es mi papá y me ama por encima de todo, que es hombre y se supone que no "sabe de eso", me dijo que me quedaría mejor con una faja (que ya tenía puesta por cierto, inserte emoticón llorón acá). Una amiga publicó una foto muy sonriente, pues íbamos a dictar un taller en una jornada de investigación, y su mamá le dijo que la quitara porque se le veían las arrugas de los ojos.  Nadie se salva. Incluso aquellos que te aman desde que eras una pasa y hasta que seas polvo. Me hace recordar el artículo que leí de las amigas de proyecto Kahlo de cómo transmitir el odio al cuerpo.

Metiendo la panza en el susodicho vestido azul de navidad

Pero no todo está perdido, no hay que seguirle la corriente a estas "reglas de belleza" que nos hemos ido armando. Hay movimientos que intentan desmontar esos ideales de dama, señorita, mujer, madre. En España las chicas de weloversize son un ejemplo; promueven la idea de que hay que quererse con esos kilitos de más y que se puede ser sexy así. Sexy, volvemos al inicio. Si dentro de todas las definiciones que me dieron los encuestados (14 mujeres y 10 hombres) había más atributos de personalidad que físicos ¿Por qué seguimos negándonos el título de sexy? Que quede claro además que luego de redactar estos dos artículos (el primero publicado en www.ritosdeilacion.blogspot.com )no me proclamo como una gordita sexy, pero que quede bien claro también: se hace camino al andar. ¿y tú? ¿Eres sexy?

viernes, 1 de abril de 2016

¿Dónde terminó el conejo... de Pascua?



Estas últimas vacaciones, de la Semana Mayor o Semana Santa, decidí echarle una visita a mis parientes y amigos de ese pueblito en el medio de la nada: Valle de la Pascua. Ubicado en el corazón de los llanos venezolanos, Valle de la Pascua tiene el tupé de hacerse llamar Princesa del llano. ¿Princesa? princesa de Pascua al menos.

Entre el agobiante calor, atmosférico y familiar por igual, me quedo con la duda del origen de su nombre. Una escueta colina fue suficiente para que este pedazo de geografía decidiera llamarse valle, y la Pascua parece ser una flor que ya antaño no florea por la región. Princesa de las flores entonces, antigua princesa. Nada que ver con conejos que dejan huevos de chocolate por doquier, nada que ver con Jesús y allegados, no. Una flor.

Al final de la Semana Mayor regreso a la capital extenuada, necesito  (como todos) otra semana para recuperarme de las "vacaciones". Al final, a pesar de todo, parece ser como dicen los lugareños, "como la Pascua, no hay".

martes, 18 de agosto de 2015

Las vacas no dan Wi-Fi

Desde hace unos días empezaron las esperadas vacaciones de agosto. Ya en el llano, y luego de las visitas de rigor, me dispongo a descansar. Un chinchorro, unos torditos que suenan en algún punto del jardín, una brisita que intenta refrescar la tarde; creo que no necesito nada más. Unos veinte minutos después entro a la casa, busco algún quehacer: la merienda, un libro, una conversación. Me conecto para compartir algunas fotos con mis amigos. No, misión fallida. La conexión de Internet en lo que los caraqueños insisten en llamar el interior del país es malísima. Si creías que Caracas tenía problemas de velocidad o ancho de banda, paséate por cualquier ciudad pequeña o pueblo para que sepas qué significa desconectarse. Saco el dispositivo, reinicio la máquina, conectar, nada. Apaga, prende, mueve la computadora más hacia la ventana, nada. Suspiro y desisto. Recuerdo además que con los que tengo que hablar más a menudo viven aquí, y los amigos que quieran hablar conmigo pues seguro me llaman o me escriben luego. Vuelvo al frente de la casa, al chinchorro y con el pie derecho me balanceo suavemente, las vacas no dan Wi-Fi por estos lares, ya los torditos me lo habían dicho pero yo no les hice caso.

lunes, 3 de agosto de 2015

Comunidades de aprendizaje, o sobre los intentos de llevar una agenda

Hace algún tiempo ya descubrí por una amiga de una amiga a la gente de coursera.org. Me llamó la atención que ofrecen una lista enorme de cursos en línea gratuito y desde el primer momento me inscribí en varios que parecían interesantes. Uno de historia, uno de nutrición, uno de inglés y otro de metodología de la investigación. Un montón de cosas que leer y hacer. Pero, me descubrí postergando las lecturas, y al cabo de unas semanas abandoné la empresa. No es sencillo estudiar en línea, sin fechas de entrega, sin visitas al aula. O tal vez no es sencillo para mi.Estas comunidades virtuales de aprendizaje saben que se encuentran con estudiantes que van a su ritmo, todo el material ya está allí, todas las asignaciones son libres, y aunque para algunos es maravilloso este método yo simplemente no me encuentro completamente a gusto.

Luego de inscribirme y abandonar varios cursos más encontré uno, todavía en proceso, sobre cómo llevar una agenda y ser un poco más organizado con tu tiempo (How to be a together teacher). Me inscribí a ver que tal me iba, eso de organizarse y hacer agenditas siempre me ha gustado. Llevo como 5 meses desde que lo empecé y apenas voy por la semana 2 del curso. Pero es un progreso, no he abandonado, he hecho las asignaciones y la mejor parte: ¡funciona!

En las primeras lecturas recomiendan empezar con la programación semanal, explican qué cosas deben tener las buenas agendas, qué detalles debemos anotar y muestran algunos ejemplos. La instructora recomienda usar la planificación semanal por un tiempo antes de continuar con el curso. Eso hice y ¡chan chan! robotina y yo. 

Mas o menos así se veían mis semanas luego de aprender a usar mi agendita.


Aunque hubo semanas en las que pensé que me volvería loca y que mi vida no podía continuar así, por ejemplo:

El curso resalta que una buena planificación semanal:

  • Debe incluir la semana entera, no solo los días de trabajo.
  • Debes poder ver la semana entera en una sola hoja.
  • Debe ser portátil. Para poder anotar los nuevos eventos en el momento.
  • Debes anotar allí las cosas del trabajo y las personales.
  • Debes reservar tu tiempo de ocio o recreación. 


Ahora voy por la planificación mensual. Recomiendan que puedas ver el mes completo en una sola hoja y que vayas anotando solo eventos de fechas fijas, para no sobrecargarlo con las actividades diarias.
Así se ve mi planificación mensual, por ahora.



El curso creo que son 5 semanas, no tengo idea de lo que viene. Ya hice planificación semanal y mensual. Supongo falta el año y no sé que más.

Esta actualización del blog estaba anotada en mi agenda. La veía cada vez que abría sus páginas. Y aquí estoy, un año desde la última actualización. ¿Ves que sí funciona? 

Cuando llegue al final del curso haré otra entrada a ver cómo me termina de ir en esta comunidad de aprendizaje que pareciera poco a poco irme gustando. Espero no ser la única a la que le cuesta esto de estudiar sola XD. 



viernes, 28 de marzo de 2014

La Odisea del 2014. Bicentenario


La siguiente es una historia de la vida real, no le pasó a un amigo de un amigo, aunque si le pasa a muchos de mis amigos. De hecho le pasa a muchos venezolanos, amigos y no amigos, camaradas y compatriotas incluidos. Esos momentos son los que te llevan a la reflexión y convicción de que a este país lo tienen jodido las ideologías, esas teorías y utopías y distopías y microscopías que nos hacemos en la cabeza. Nos alejan del vecino, del familiar, del amigo, que a la hora de la chiquita pasa por las mismas que pasas tú. Pero son esas construcciones personales de conocimiento las que vienen a cagar el parque.

Esta odisea empieza a las 9 a.m., lista para pisar la calle. Me monto en el autobús, pues no tengo vehículo propio ( ni creo que tendré con esos precios absurdos y mi absurdo bolsillo). La idea es ir junto a mi amiga así que estamos avisando: ¿por dónde vas? voy saliendo, ok. Primer obstáculo del día: la marcha. El paso a el paseo Los Próceres está cerrado y luego de 30 minutos de cola el conductor decide meterse por otra vía, solo para descubrir que también está trancada. Metro entonces hasta Plaza Venezuela. Llegamos a las inmediaciones del Abasto Bicentenario. Segunda cola del día, la primera fue de  carros, para pasar la reja externa del lugar. Diez minutos tal vez, esa fue corta. Entramos. Tercera cola del día: la de subir al piso en el que se encuentra el abasto. Calculo que teníamos unos 80 carritos de supermercado por delante en esta cola, pero ya la esperábamos así que aprovechamos el tiempo juntas: cargar a la bebé, hablar, chismear, siéntate, párate, ¿quieres un chocolatico? bueno.

Luego de pasar la primera barrera custodiada por unos cuantos PNB subes la rampa. ¡Sorpresa! arriba también haces otra cola, para entrar (van cuatro). Varios reservistas "ponen orden" -señora haga la colita. -El bolso señora. Te revisan la cartera al entrar, pero no al salir. No sea que vayas a meter un paquete de harina que no es de los que ellos venden ahí. no sé.

Al entrar tienes que tener la logística ya al punto pues todo transcurre de la siguiente manera: anda a hacer la cola corre llegó el pollo¿ dónde está el aceite? ¿señora le sobrará un paquete? la cola es para allá quédate aquí mientras hago la cola de la leche ¿cuántas son por persona? señora ¿dónde consiguió harina de trigo? mira llegó el café no empujen vale ya está rodando la cola está es más rápida me duelen los pies agarra más pollo para llevarle a tu mamá...

Luego de un par de horas de cacería dentro del abasto tienes lo que pudiste encontrar y se te permite comprar. Dos,dos, dos,cuatro, uno, dos, no hay, no hay, no hay. Lo que no conseguiste sea porque llegaste tarde o porque ese día no llegó el camión, pues ya no lo conseguiste. ¿Buhoneros? si te alcanza la plata y si es muy urgente. En caso contrario te toca tomar avena sin leche, café negro, arroz sin pollo, etc. Dependiendo de tu suerte, de la combinación de astros y planetas que te permitieron encontrar esos productos y no otros.

Luego la espera, que no es dulce. Mientras más cerca estás de la caja mayor es la ansiedad, el miedo a que se coleen, cuentas tus productos una y otra vez para asegurarte de que ninguna mano inescrupulosa te arrebato alguno de los preciados productos.Ir al baño queda como la ultima de las necesidades que pasan por la mente porque salir no es una opción a estas altura. Ya bastantes historias hay de carritos que desaparecen por completo al menor descuido de sus "dueños". No quieres pasar a ser leyenda urbana.

Pagas y te vas a la quinta cola:la de salir.Un reservista (harto de su vida) se dispone a revisar que en tus bolsas está lo que dice tu factura, unos con más atención que otros.Ya. Libre. Corres a la salida. Ah no, ya va, ¿tú no te ibas en taxi? aquí está la colita.

Al final del día llegamos a la casa a eso de las 5pm. Estábamos ya exhaustas. Me sumé ese día al absentismo laboral del que ya había visto los porcentajes. Porque una vez que lograste entrar no quieres perder las horas que llevas allá e irte sin nada en las manos.

¿Ahorras? claro que sí. Con esos productos subsidiados claro que ahorras dinero. Pero perdiste seis horas de tu día allí. No fuiste al trabajo. Y no conseguiste todos los productos que necesitas. ¿Cuándo vas a volver a ir? ¿Cuándo puedes dedicarle otro día entero a meterte en el abasto y competir por los productos que encuentres? ¿Y por qué hay que subsidiar? no sería mejor que en realidad tu sueldo te alcanzara para pagar el precio estándar de los productos.

Hoy vi en Bellas Artes un cartelito que decía "¿has pensado en las horas que pierdes de estar con tu familia por andar haciendo cola?". Aquellas personas que dedican un sábado, un domingo o ambos días a visitar abastos y supermercados buscando x o y producto dejan de pasar tiempo con su familia, dejan de ir a trotar, dejan de visitar el parque, dejan de ir al teatro o al cine. Dejan de vivir, por hacer una cola para sobrevivir.




Sobre quedarse en el aparato... y otras reflexiones parecidas...

Desde que empecé a trabajar online con clientes de otros países me he dado cuenta de la tremenda competencia que tenemos los traductores ...