domingo, 7 de mayo de 2017

La poesía en tiempos de crisis

Hoy cuando me movía en el metro me puse los audífonos para intentar despegarme un poco de la terrible realidad del país. Quise ser egoísta por un par de estaciones y no pensar en las marchas ni en los muertos y no pude. Empezó a sonar un audio en mi teléfono, seguramente descargado de alguna conversación de WhatsApp, era un poema sobre Venezuela. Las últimas dos líneas de mi poema son idénticas a las de este chico del audio. Gracias, por recordarme que hay maneras de seguir luchando y no caer.




No caigas

Cuando salgas a la calle a buscar el pan del día, no caigas.
Cuando vas en el metro, y sudas, y te cansas, y subes y bajas escaleras… que no sirven
No caigas.

Cuando llegas a la casa y enfrentas a otros problemas: el alquiler, la nevera, la comida, la familia, la tarea, la vecina, la bolsa del clap, el condomino, el agua la quitan a las 7, ¡corre!…
Pero no caigas.

No caigas en su juego
No caigas tan bajo
No caigas en la trampa
No caigas en la desesperación.

Cuando los perdigones y las balas y el gas y los palos y las piedras te peguen en el cuerpo, en la mente, en el alma, en el corazón.

Ora, pero no caigas.

Cuando la bala del poder...
              atraviese la frente de tu hermano
y lo veas despedirse ante tus ojos,
y su sangre corra por la calle sucia,
y arrastre sueños, juventud, amores, vida y notas musicales.

 Y caigas.

Levántate y camina
Porque Venezuela está viva

Y el comandante muerto.

Sobre quedarse en el aparato... y otras reflexiones parecidas...

Desde que empecé a trabajar online con clientes de otros países me he dado cuenta de la tremenda competencia que tenemos los traductores ...